MIGUEL DE CERVANTES 1547-1616. Hijo de un cirujano cordobés y natural, posiblemente, de Alcalá de Henares, el llamdo inventor de la novela moderna tuvo sin duda una vida digna de relato. Pues ya de joven sería enviado a Italia para ponerse a las órdenes del cardenal Guilio Acquaviva, tal vez cómo castigo por haber herido en duelo a un hombre, y una vez allí tendría ocasión participar en la Batalla de Lepanto, en la que perdió la movilidad de la mano izquierda, y en multitud de empresas militares por el norte de África. En una de estas fue capturado por piratas berberiscos y hubo de permanecer aprisionado durante cinco años. Por cuatro veces trató de escabullirse de sus captores y asumió toda la responsabilidad de estos intentos, cuando fue descubierto, en favor de sus compañeros. Sería rescatado finalmente gracias a la orden de los trinitarios que pagaron su rescate. De vuelta a España, ocupó cargos modestos de la administración pública, lo que le obligó a recorrer la península desde Madrid a Sevilla, pasando por númerosos puntos de Andalucía y la Mancha. Llegó a estar preso en Sevilla, por la presunta apropiación de dinero público, y parece ser que fue en la cárcel donde surgió la idea de escribir su obra maestra.
que tuvo dos partes recibió una buena acogida en su época principalmente por su caracter satírico y parodiante de las novelas de caballerías que empezaban a resultar ridículas por aquellos tiempos, no obstante, la complejidad de la obra va más allá del objetivo inicial y termina siendo un retrato de la época de su tiempo y de la naturaleza humana.
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